viernes, 27 de diciembre de 2013

Oda a La Mancha

Yo soy muy de La Mancha, es mi tierra, donde me he criado y he crecido, aunque alguno venga a decirme que nací en el centro de la meseta (que no deja de ser verdad, pero uno no es de donde nace, sino de donde pace, y yo de pacer, sé un rato). Y es por eso que me gusta hacer "patria-chica". Que, las cosas como son, me da igual si Valdepeñas, Manzanares, Alcázar o Tomelloso, yo soy de La Mancha, y punto. 

Me encanta nuestra historia, la forma de ser del manchego llano, la bondad del agricultor, la sabiduría que el campo enseña... 

Y fijáis lo que son las cosas, uno de los mayores escritores de este país, que al igual que yo, nació en el centro de la península (aunque alguno me venga a decir que no), y escribió la que es probablemente la mayor obra literaria en España y el mundo: "El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha".

Y aquí es donde entra la canción de arriba. De esta obra literaria, sale el musical "Man of La Mancha" ("El Hombre de La Mancha"). Que es, para mi, mi musical de cabecera por varias razones: 6 añitos tenía cuando lo vi, fue el primero en el que estuve y recuerdo cada instante como si se tratase de ayer; habla de mi tierra; musicalmente es espectacular; y estando en el conservatorio de Valdepeñas, ha sido de los mejores momentos que he pasado.

Pues bien, al encontrarme la versión original de esta obra, en inglés, me ha emocionado. Nunca pensé que una serie de americanos se pondrían a escribir esto... Y sobre todo, me da como cosilla oirlos pronunciar cosas como "Don Quijote", "Dulcinea" o "La Mancha". En fin, ¡qué grandes somos los manchegos!

viernes, 22 de noviembre de 2013

Son todos muy majos...

Ahí los tenéis, el equipo de El Extintor, mi equipo, mi gente. Con ellos, y con algunos que faltan, como Rocío, Mónica o Fer, comparto mis días, me aguantan y vivo las historias que algún día recordaremos entre risas y sonrisas melancólicas. 

Cuando entré en Inforadio no los conocía a ninguno, y hoy, dos años después, los llamo familia. Son un brazo, abrazo, apoyo y cara amiga que siempre está ahí. 

Miro la foto y no puedo sino sentirme orgulloso, verlos ahí cada Viernes, listos y preparados no hace más que enorgullecerme. Nunca pensé, tras tantos años detrás de un micro que algún día llegaría a tener un equipo de 15 personas dispuestos a hacer lo que pone en la escaleta, que al final, la escribo yo.


Por eso, por muy pelota, postureta y tópico que pueda quedar, les quiero agradecer tanto empeño y dedicación que le ponen a El Extintor. Gracias por estar ahí siempre. Gracias por ser mis amigos :)

¡Sois todos muy majos!

viernes, 21 de junio de 2013

Miedo.

Siempre me consideré una persona echada para adelante, con ganas de innovar y hacer cosas nuevas, pero hoy me he dado cuenta de que tengo miedo. Miedo al cambio, miedo de lo que vendrá, miedo al futuro. 

Hoy, mirando entradas antiguas de este blog, he recapacitado sobre los planes que teníamos para cuando llegase este momento, y no se cumplió ninguno. Nuestras vidas han cambiado hasta puntos insospechables y ya solo queda un pequeño reducto de lo que fuimos. Hemos cambiado. 

Si esto ha sido así, no puedo, ni quiero, imaginar lo que vendrá. Las vueltas que podrá dar la vida, dónde acabaremos cada uno de nosotros, qué será de nuestro futuro. 

He perdido a gente importante, he encontrado otros más importantes aún, pero... ¿dónde estaremos dentro de 10 años? ¿20? ¿30? No lo sabemos, y eso, me da miedo. 

Con esto, no me refiero a los lugares, ni a las situaciones, me refiero a la gente. A pesar de que me gusta la soledad, siempre me calmó mucho saber que tenía a alguien cerca, pasase lo que pasase. 

¿Los habrá? Estoy seguro. Tengo a muy buenos amigos a mi alrededor. ¿Estaré yo a la altura? Eso espero, y lo intento, pero no soy perfecto. 

Y a veces me planteo, ¿qué hubiese pasado si todo hubiera ido bien y hubiese entrado en el Balbuena en vez de en el Prieto? ¿Y si hubiera sacado suficiente nota para entrar en la Carlos III y no en la Complutense? ¿Y si en vez de estudiar periodismo hubiese estudiado comunicación audiovisual? Todo sería distinto, muy distinto. Y esto me hace tener miedo a las decisiones. 

A veces, me llego a plantear si realmente existe el destino. 

lunes, 29 de octubre de 2012

Y vuelta a empezar.

Este blog, en sus comienzos y como su propio título indica, lo cree para que fuera una especie de diario sobre mis andanzas en Madrid, pero como casi todo los blogs que he creado (véase el Metroflog o el Fotolog de cuando éramos críos) al final lo acabo utilizando para desahogarme. Y como a mi el tiempo no me sobra, y menos para ponerme delante de una pantalla a escribir cosas que sé que nadie va a leer (o que no me interesa que nadie lo haga), pues este glorioso espacio, cayó en el olvido.

En esta soleada a la par que fría tarde de Domingo me he replanteado, después de ver que mi colega Juan Laso acababa de publicar en su blog, volver a darle uso a este pequeño granito de arena escrito que conforma esa gran mole tan desconocida a la que todos llamamos ¡INTERNET! (interrrrrnelllllll).

El caso es que siempre que me viene a la cabeza lo de volver a escribir en el blog es Domingo por la tarde y hace frío... Y si ya está lloviendo, no es que escriba una entrada, es que me hago una enciclopedia entera. 

Los que me conocéis, sabéis que soy muy romántico (no en el sentido cursi de la palabra, me refiero al siglo XVIII, aunque también en el sentido cursi, ¿por qué no?). Y el Domingo por la tarde, con frío y/o lluvia es un momento tan bucólico... tan rebonico para ponerse a pensar... Pareciese que la escena se tornara en gris y que la música de unos violines sonara de fondo mientras tú, sentado en el sofá, abrigado hasta las cejas, con una manta cubriéndote las piernas, miras la televisión con cara de tristeza y pesadumbre. 

¿Veis? Ya se me han quitado las ganas de escribir... Mal camino lleva esto.

¡Saludos! 

miércoles, 29 de febrero de 2012

Todo pasa y nada queda...

Tengo ganas de escribir, pero no sé cómo hacerlo. Las ideas que brotan de mi cabeza se quedan en mis muñecas, impidiendo que accedan a mis dedos.

En la universidad, no os creais que he hecho muchos amigos, seguramente porque hecho de menos a mis colegas, a los de siempre. A Paco sentado a mi lado, a Buda y a Fer delante. A Luis, Alvaro, Novis, Aljaro, Rodri... Los hecho de menos en clase. Pagaba yo por volver una semana como lo hemos estado haciendo hasta este curso... Creo que no me lo he pasado, ni me lo pasaré mejor que en 2º de Bachillerato.

Donde sí he hecho amigos es en la radio de mi facultad, en Inforadio. Me hace especial ilusión, cuando estoy en la redacción currándome una noticia pensar, que el día de mañana me encontraré con todas esas personas que tengo a mi alrededor, y podremos recordar, como si fueramos "abuelos cebolletas" "¿Recuerdas cuando estábamos en Inforadio?", "¿Vaya informativos nos salían?", "Qué técnico más malo estabas hecho, y lo sigues siendo...", "¡Qué cabrón! ¿Recuerdas cuando me apagabas las luces en mitad de mi noticia?"... 

Supongo que esa amistad es fruto de la relación en una redacción. Al final, todos estamos ahí porque nos gusta y compartimos una afición, el periodismo y más en concreto, la radio. 

Aunque mi "trabajo" esté delante del micro, dando información, contando noticias, envidio mucho a los técnicos. Desde siempre me ha gustado tocar botones.

De la gente que he conocido, a parte de mis compañeros de informativos a los que considero parte de mi familia radiofónica, le he cogido especial cariño a dos técnicos. Dos tios de puta madre. Uno de ellos madruga los sábados conmigo y el otro tiene como capricho apagarme las luces del estudio mientras me leo la noticia. 

El otro día, a uno de ellos lo vi por twitter que no era el de siempre, y al rato, me contó lo que le pasaba. Me quedé helado. Estas cosas no se esperan y cuando pasan no hay manera de afrontarlo. Desgraciadamente me tocó vivir algo muy parecido, y aquí estoy, se sale adelante. 

Mucho ánimo y un abrazo. Espero que me sigas apagando las luces con esa alegría de siempre :)

miércoles, 1 de febrero de 2012

Aquella noche toledana.


En unas horas, doce y media, para ser exactos, vuelvo a Toledo. Me encanta. Es una ciudad Imperial. La historia duerme en sus calles, calles de templarios, de caballeros, de musulmanes, de cristianos, de judíos, de leyendas, de batallas, de escuderos, de doncellas... Calles mágicas.

La he visitado muchas veces, con distinta compañía, siempre buena, y nunca ha dejado de sorprenderme. Zocodover, el Alcazar, la Puerta de Bisagra, La Plaza de la Merced, la Catedral...Me encanta.

La visita que más recuerdo, con especial cariño, fue aquella noche de Agosto, con mis inseparables amigos, don Fernando Muñoz Laguna y don David Medina Molina, más conocido en los mentideros como Buda.

Íbamos a hacer un poquito de radio, de noche, la que más mola. Nos hicimos cuatro horas de viaje, y estuvimos toda una noche en vela, para 12 minutos de sección a las cinco de la mañana, ¿pero sabéis qué?  A mi me mereció la pena.

Lo primero, por pasar otro "tiempo de radio" con esos dos grandes compañeros que tengo.

Lo segundo, por visitar Toledo, verla de noche, nadie por las calles, sentados en un murete, con la ciudad a nuestros pies...

 Lo tercero, por hacer un programa desde la mítica Radio Toledo, ahora Onda Cero, con el inconmensurable Javier Ruiz, genio y figura del micrófono, y referente (entre otros) de la profesión para nosotros.

Y lo cuarto, aquel tweet. A las 3 de la mañana, cuando Twitter era un patio de almas somnolientas pegando los últimos bostezos antes de irse a dormir, Valdepeñas y Toledo se unieron, en una sola mención. Y algo, saltó en mi cabeza. No me hizo falta decir nada, ya estaba Fer para darse cuenta y decirlo. (Llegados a este punto, diré que Fer tiene un ojo crítico para estas cosas, y nota personal para mi yo futuro "Tienes que hacerle más caso").

A partir de ahí, todo fue un barruntar en mi cabeza, apoyado por Buda y Fer, que ponían su granito de arena... Hasta que en Zocodover, siendo ya las 8 de la mañana (y sereno) mientras me zampaba un bocadillo de cinta de lomo, con queso, del tamaño del brazo de Pau Gasol (soy así, hay cosas que no se pueden cambiar), me atreví, (otra vez, empujado por mis dos mejores amigos) a sacar el móvil y dejar aquel comentario del Tuenti.

Y así, quiero yo pensar, nació algo, en aquella bonita noche toledana. La clave, fue Zocodover.

Toledo, en unas hora vuelvo, espero que me guardes otra sorpresa, aunque me conformo con la misma :)

Guillo.

jueves, 25 de agosto de 2011

Silencio...


Un ligero viento meció las ramas de los árboles. El susurro, casi inaudible rompía ligeramente aquel silencio, dulce silencio de la noche. Las luces de las farolas, proyectaban las sombras de aquellas ramas como ligeros brazos de mimbre, brazos que mecían a aquella pareja, sentados en aquel banco.

Aquel silencio se hacía cada vez más audible, y más acogedor. Silencio que hablaba, silencio que lo decía todo, silencio que tapaba la timidez de aquellos dos muchachos, que sin saber cómo, se decían cosas el uno al otro, solo con la mirada, con el brillo de sus ojos.

Y entonces llegó. Sin más. El momento más esperado, se presentó sin avisar. Traído por ese ligero viento, acompañado de aquel silencio.

Todo había sido dicho. El miedo pasó. Los nervios, ya antiguos, se canalizaban de uno a otro. Ponían todo su esfuerzo en aprovechar cada segundo el uno al lado del otro... Segundos mágicos, segundos noctámbulos, segundos silenciosos. Segundos... de aquel 19.

Te quiero :)