lunes, 29 de octubre de 2012

Y vuelta a empezar.

Este blog, en sus comienzos y como su propio título indica, lo cree para que fuera una especie de diario sobre mis andanzas en Madrid, pero como casi todo los blogs que he creado (véase el Metroflog o el Fotolog de cuando éramos críos) al final lo acabo utilizando para desahogarme. Y como a mi el tiempo no me sobra, y menos para ponerme delante de una pantalla a escribir cosas que sé que nadie va a leer (o que no me interesa que nadie lo haga), pues este glorioso espacio, cayó en el olvido.

En esta soleada a la par que fría tarde de Domingo me he replanteado, después de ver que mi colega Juan Laso acababa de publicar en su blog, volver a darle uso a este pequeño granito de arena escrito que conforma esa gran mole tan desconocida a la que todos llamamos ¡INTERNET! (interrrrrnelllllll).

El caso es que siempre que me viene a la cabeza lo de volver a escribir en el blog es Domingo por la tarde y hace frío... Y si ya está lloviendo, no es que escriba una entrada, es que me hago una enciclopedia entera. 

Los que me conocéis, sabéis que soy muy romántico (no en el sentido cursi de la palabra, me refiero al siglo XVIII, aunque también en el sentido cursi, ¿por qué no?). Y el Domingo por la tarde, con frío y/o lluvia es un momento tan bucólico... tan rebonico para ponerse a pensar... Pareciese que la escena se tornara en gris y que la música de unos violines sonara de fondo mientras tú, sentado en el sofá, abrigado hasta las cejas, con una manta cubriéndote las piernas, miras la televisión con cara de tristeza y pesadumbre. 

¿Veis? Ya se me han quitado las ganas de escribir... Mal camino lleva esto.

¡Saludos!