jueves, 25 de agosto de 2011

Silencio...


Un ligero viento meció las ramas de los árboles. El susurro, casi inaudible rompía ligeramente aquel silencio, dulce silencio de la noche. Las luces de las farolas, proyectaban las sombras de aquellas ramas como ligeros brazos de mimbre, brazos que mecían a aquella pareja, sentados en aquel banco.

Aquel silencio se hacía cada vez más audible, y más acogedor. Silencio que hablaba, silencio que lo decía todo, silencio que tapaba la timidez de aquellos dos muchachos, que sin saber cómo, se decían cosas el uno al otro, solo con la mirada, con el brillo de sus ojos.

Y entonces llegó. Sin más. El momento más esperado, se presentó sin avisar. Traído por ese ligero viento, acompañado de aquel silencio.

Todo había sido dicho. El miedo pasó. Los nervios, ya antiguos, se canalizaban de uno a otro. Ponían todo su esfuerzo en aprovechar cada segundo el uno al lado del otro... Segundos mágicos, segundos noctámbulos, segundos silenciosos. Segundos... de aquel 19.

Te quiero :)

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