No suelo pararme a fijarme en mi alrededor... Y cada vez que esta situación llega a mi vida, me doy la vuelta, e intento coger otro camino que me aleje. Pero esta vez, fue irremediable.
Quizás tenía ganas de reflexionar, y por eso no no evité el pensamiento, o puede ser que las ideas, los pensamientos, son ráfagas que al igual que el viento se mueven aleatoriamente y cambian su rumbo sin preguntar.
Sea como fuere, llegó el momento, quizás, en uno de los peores. Tengo la sensación de que nos alejamos, los unos de los otros, y que vamos eligiendo nuestros caminos de manera caprichosa, sin pensar lo más mínimo en la gente que nos rodea. Lo malo es, que no nos damos cuenta, y que esto puede pasarnos factura, porque la amistad es algo que se cultiva con los años, pero que en 2 horas, puedes echar a perder.
Y con esto, no me refiero a que dentro de unos cuantos meses, cada uno nos vayamos a estudiar por nuestro lado... A lo que yo me refiero, no es algo físico, es a lo psíquico.
Me da rabia distanciarme de gente que durante muchos años, o no tantos, han sido para mi, pilares fundamentales.
Cambiamos nuestras ideas, amoldamos nuestros intereses a la ocasión, y con todo esto, nos deshacemos de gente que ya no nos interesa, dejándola abandonada cual perro en una cuneta una noche de verano.
No sé si lo leerá alguien, espero que sí. Espero que se entienda, y captéis mi idea. No quiero crear malos entendidos, que bastantes problemas ya tenemos...
¡Ay qué joderse! ¡Vaya manera de empezar el año!
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